El Museo Vasco cumple 100 años
- María Pontes
- 13 dic 2017
- 2 Min. de lectura
Situado en el centro de Bilbao está el tesoro de la historia del País Vasco que este año celebra su centenario. Más de 20.000 objetos llenan las salas del Museo Vasco donde sus visitantes pueden admirar la evolución del espíritu vasco. La plaza Unamuno del Casco Viejo acoge las exposiciones, resultado del trabajo de un siglo.

A principios del siglo XX, la sociedad bilbaína reivindicaba un espacio donde preservar los rasgos característicos de la cultura e historia vasca. Es entonces cuando la Diputación Foral de Vizcaya decide crear el Museo Vasco. En 1917 dan luz verde al proyecto que quedará concluido en 1921 cuando es inaugurado. Desde su creación, la función del museo es “conservar y difundir el patrimonio cultural vasco a través de los objetos presentes en la colección del Museo”, asegura Lidia Elola, directora de prensa y comunicación del museo.
Comenzaron con piezas escultóricas y arquitectónicas para después unirse piezas de carácter etnográfico, que son las que dominan las exposiciones actuales. En sus primeros años ya alcanzó el éxito que era de esperar con un esfuerzo extra, el museo contaba con un espacio muy limitado para acoger la colección que no paraba de crecer. Esa tendencia de crecimiento se vio interrumpida durante la guerra civil española y el franquismo: las obras tuvieron que trasladarse fuera de España y algunas se perdieron por el camino. En los últimos años del franquismo y con la conclusión de la Transición el museo volvió a ver la luz.

El edificio cuenta con cuatro plantas: en la planta baja se encuentran las exposiciones temporales, actualmente la Elegante Montaña y Frivolité. Indumentaria del siglo XVIII. En el claustro se encuentra la joya del museo: Mikeldi, una escultura zoomorfa de piedra arenisca que data del siglo VI a.C. Actualmente, este espacio se encuentra en obras para ser resguardado por una cubierta de vidrio integrada en el edificio.

En la primera planta viajamos hasta los orígenes de la cultura vasca, cuando los hombres vivían en cuevas y cabañas. También se recogen los primeros documentos escritos en euskera. Cerámicas, lozas y ferrerías son las piezas incluidas en la segunda planta de este Museo Vasco. La sala del Consulado de Vizcaya se encuentra en la tercera y última planta, acompañada de una maqueta de Vizcaya y elementos cartográficos de ‘Euskal Herria’.

En 2016, 54.994 personas visitaros este espacio para impregnarse de la cultura del País Vasco. Cultura que no ha dejado de crecer en estos 100 años. El Museo Vasco sigue mirando al futuro con la esperanza de cumplir, por qué no, muchos centenarios más.
“Colocarlo plenamente en el siglo XXI y encarar el futuro apoyándose en el bagaje cultural que custodia”, propone Elola como retos por cumplir del museo.
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