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Juan Mari Aburto: "Nuestro Casco Viejo es algo que queremos preservar"


Juan Mari Aburto (Bilbao, 1961). Alcalde de la villa de Bilbao desde 2015 se siente orgulloso de ser heredero del mejor alcalde del mundo en 2012, Iñaki Azkuna. Analiza la transformación de Bilbao con el Museo Guggenheim como motor principal y con el adiós a una industria pesada. Comprende la frustración de la sociedad con la clase política. No rehuye el tema catalán donde cree que hay políticos que están presos por unos planteamientos que son políticos. Recuerda con temor las inundaciones del año 83 cuando se encontraba haciendo la mili a 960 kilómetros de distancia, en el Castillo de San Sebastián (Cádiz).


En mayo de 2015 fue nombrado alcalde de Bilbao, ¿qué se siente al representar institucionalmente a todo el pueblo bilbaíno?


Un orgullo enorme. El momento, recuerdo bien ahora, en el que en el pleno del Ayuntamiento tomo posesión como alcalde se me quebró la voz varias veces porque la emoción era inmensa y la alegría enorme. Esa es la parte emocional. Luego hay otra parte y es la enorme responsabilidad desde el punto de vista de alcalde y hay veces que lo paso fatal.


Es sucesor de Azkuna, nombrado en 2012 mejor alcalde del mundo, ¿qué supone para usted?


La herencia de Azkuna es muy buena y me considero un heredero. Para mí en estos momentos el objetivo no es ser el mejor alcalde del mundo. Mi objetivo sería que Bilbao sea la mejor ciudad del mundo, sé que esto es muy difícil, pero en Bilbao somos ambiciosos, tenemos ese punto de orgullo. En términos vulgares hablaríamos de chulería. A mí me gusta decirlo en plan bien, sin menospreciar a nadie.


Esa transformación que en 50 años Bilbao ha pasado de ser una ciudad industrial a ser un ejemplo de ciudad limpia e innovadora, ¿cuál cree que ha sido el principal motor de ese cambio?


Habíamos puesto todos los huevos en la cesta de la industria pesada, en empresas constructoras navales como Euskalduna y las empresas de industria pesada como la naval o altos hornos de Bizkaia. Estábamos en una situación de una ría que era una auténtica clocaca industrial, con un urbanismo degradado. Un Bilbao en el cual todo prácticamente se para. En Bilbao se hace un cambio totalmente radical, pasa de ser una ciudad industrial a ser una ciudad de servicios.

Yo diría que el motor principal de ese cambio es el Guggenheim. En esas circunstancias tan complicadas el Lehendakari Ardanza, el diputado general José Alberto Pradera y el alcalde de Bilbao Josu Ortuondo dicen ‘oye aquí lo que tenemos que hacer es ponernos de acuerdo y hay una cosa por ahí que se llama Fundación Guggenhem'. Se decidió ir adelante con el museo. No, el Guggenheim es el principal motor del cambio pero luego han venido otras cosas. Como es por ejemplo un acuerdo con la Administración del Estado para constituir una empresa que es Bilbao Ria 2000. En aquella inversión tan importante y tan polémica en aquel momento del Guggenheim se invirtieron 130 millones de euros y en la recuperación de la ría se llevan invertidos más de mil.


¿Volverá toda esa industria a Bilbao?


Creo que Bilbao, en ese cambio, se posiciona como una ciudad de lo que hoy llamamos servicios avanzados. Cuando se dice que España ha mejorado en los últimos años a porcentajes mayores hay que ver que generar un empleo en hostelería es mucho más fácil que generarlo en la industria. Sin embargo, es un empleo mucho más volátil y de peor calidad. Por eso cuando hablamos de Bilbao como ciudad, en Bilbao no va a volver a haber industria, no va a haber un astillero, no va a haber un Euskalduna.

Uno de los proyectos estrella es la nueva regeneración de la isla de Zorrozaurre, que tengamos un parque científico tecnológico de naturaleza urbana donde pueda haber otro tipo de elementos vinculados a los sectores de la energía o a los sectores de la economía digital o a los sectores servicios de los avanzados.


El 26 de agosto de 1983 se produjeron las catastróficas inundaciones en Bilbao, ¿dónde se encontraba en esos momentos?


Estaba en el Castillo de San Sebastián en Cádiz. Estaba en la mili, yo era el único vasco que había en aquella unidad y prefiero no recordar lo que oía de los que me rodeaban. Y nunca olvidaré a un mando que todas las mañanas venía y me llevaba a su despacho para intentar que yo pudiera contactar con mi familia. Mi familia estaba en Bakio, un pueblecito en la costa de Bizkaia, y lo que oíamos es que Bakio había desaparecido. Lo viví francamente mal hasta que conseguí hablar con mis padres.


¿Cuál cree que ha sido el factor determinante para que Bilbao sea nombrada Mejor ciudad europea 2018?


La base fundamental para la consecución de este premio es la transformación de Bilbao. Hay más elementos que a mí me animan mucho como el reconocimiento de que Bilbao es una ciudad que sigue teniendo proyectos. Bilbao no está terminado, tenemos voluntad de seguir evolucionando, de seguir creciendo, de seguir avanzando.


Según datos del Observatorio de Turismo de Bizkaia, el Casco Viejo recibió en 2016 más visitas que el Guggenheim y las cifras van en aumento. ¿Cree que esto puede degenerar en una masificación turística de Bilbao y en concreto del Casco Viejo?


El Casco Viejo en lo que se ha convertido es en un lugar de atractivo turístico enorme. Hay gente que viene a Bilbao y puede no pasar por el Guggenheim pero pasa por el Casco Viejo. Nuestra apuesta de turismo no es un turismo de sol y playa, es un turismo cuyo atractivo está basado en tres pilares: la gastronomía, la cultura y el desarrollo urbano. El turismo viene a representar en Bilbao un entorno del 6% de nuestro PIB, de nuestra economía. Yo creo que todavía tiene margen de crecimiento.

Y nuestro Casco Viejo es algo que queremos preservar, no solamente como elemento turístico de atractivo, sino como elemento en cuanto al lugar de residencia y para nosotros es nuestro gran centro comercial. De ese comercio pequeño que a veces es tradicional y moderno a la vez. De ese comercio que visualizamos, cuando yo iba con mi ama a comprar cuando era pequeño.


Según el CIS de octubre de 2017 el 43,7% (25% si hablamos de los votantes del PNV) de los encuestados muestra como “muy mala” la situación política en España, ¿comprende la frustración de la sociedad con la clase política?


La comprendo, no la comparto. A mí me parece fundamental, si no hay vocación de servicio, pero vocación de servicio de la de verdad no se puede estar en política. Si en política uno no viene a dar sino que viene a recibir se ha equivocado. Eso si soy un político corrupto, si soy una institución o un partido político en el cual ha entrado la corrupción por todos los costados es muy difícil que la ciudadanía confíe. Fuera de la política lo que queda es la tiranía, no queda otra cosa. Por eso es muy importante recuperar la confianza en lo público.


Las noticias políticas de estos últimos meses están llenas de informaciones sobre Cataluña, ¿cómo se ha vivido desde el Ayuntamiento de Bilbao todo el proceso tras el 1-O en Cataluña?


Lo hemos vivido como un choque de trenes entre dos situaciones que han sido incapaces de desarrollar un proceso de encuentro. Yo soy de los que pienso que Cataluña tiene aspiraciones que son legítimas y hay que analizar la situación desde ese punto de vista. Hay que pensar que personas que han sido hace poco consejeras de un gobierno están en la cárcel y a mí es algo que me produce una sensación de mucho miedo. Ante un planteamiento político responder con la cárcel a mí se me hace un planteamiento absolutamente equivocado, es ir en el sentido contrario al que habría que ir.


¿Cree que en Cataluña hay presos políticos o políticos presos?


Yo creo que son políticos que están presos y están presos por unos planteamientos que han sido políticos. El futuro de Cataluña, sea cual sea este futuro, no se puede construir con un presidente que está en otro país, con unos cargos públicos que están unos en la cárcel y otros en la calle. Y lo que es muy importante, con una sociedad quebrada, con una sociedad dividida, con una sociedad enfrentada.


El pensamiento de la sociedad española es que después de Cataluña vendría Euskadi, ¿cree que eso es cierto?


Nosotros creemos en nuestras aspiraciones, creemos en la nación vasca y creemos que hoy en día el mundo es mucho más interdependiente de lo que era hace 50 años. Y por tanto, queremos avanzar en decidir cuál va a ser nuestro futuro como nación. Recientemente hemos aprobado las leyes del concierto ratificado y las leyes del cupo, en base a algo tan importante como es la bilateralidad que significa que tú no lo puedes modificar si tú no lo acuerdas conmigo.


Estudió Derecho en Deusto, ¿por qué decidió dedicarse a la política?


Me gustaba lo público, me sentía vocacionado hacia lo público y la forma de encaminar esa vocación fue a través de la preparación de una oposición. Siempre he tenido inquietudes políticas y sociales. Desde joven he participado en movimientos sociales, en movimientos muy vinculado a la iglesia de Bizkaia. Y la política me permitía seguir haciendo esto de otra manera y por eso doy ese paso de afiliarme al Partido Nacionalista Vasco. La primera persona que me llama para acompañarle en un proyecto, un proyecto muy duro, fue Juan María Atutxa y me embarqué en aquella extraordinaria aventura en momentos muy difíciles de este país.


Después de una vida dedicada al servicio público, ¿tiene pensado lo que va a hacer cuando deje de ser alcalde?


Pues seguramente volver a mi puesto de trabajo en la Diputación Foral de Bizkaia y seguir trabajando con normalidad. Hay que entender que nuestro discurrir por lo público es coyuntural puede durar más o menos tiempo y yo ahí estaré a disposición de lo que mi partido pueda requerir en todo caso y sino a seguir trabajando y colaborando en otros ámbitos.








actividades en el casco viejo: 

04/12/2017-21/12/2017:  Concurso de escaparates de Navidad

 

09/12/2017:  Conciertos en las calles del Casco Viejo

 

21/12/2017: Feria de Santo Tomás

 

5/01/2018:  Roscón solidario en la Plaza Nueva

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